Menkes: el arte de vestir bien a los espectáculos que brillan en el mar
Desde sus talleres de Barcelona, Casa Menkes se ha convertido en diseñador y proveedor de referencia para los shows y musicales de grandes compañías de crucero.
por Javier Ortega Figueiral
Junto al placer de la navegación o de la gastronomía, uno los puntos fuertes de los cruceros es el entretenimiento: las actuaciones, números musicales y espectáculos de todo tipo que se representan a bordo. Cada vez de mayor calidad, más sofisticados y profesionalizados, las salas de algunos buques son como teatros de Broadway, Paris o el West End londinense navegando por el mundo. Buena parte de la espectacularidad de estos shows nace en Barcelona. La histórica casa Menkes, con sede en el número 579 de la Gran Vía, es quien viste y calza a los profesionales del entretenimiento sobre el mar e incluso es responsable de las decoraciones de algunos barcos, una historia no muy conocida que contrasta con su espectacularidad.
Menkes es un apellido familiar y también una marca muy reconocida en el mundo artístico por su calidad. Miles de profesionales de ballet clásico han ensayado y bailado con sus zapatillas, otros tantos bailarines de claqué han practicado y subido al escenario con calzado para tap dance que sale de los talleres de Menkes y muchas, muchísimas prendas diseñadas y confeccionadas por artesanos y modistas de esta casa son muy apreciadas por compañías de teatro, danza, ballet y variedades en todo el mundo, incluidas las que están embarcadas. Un prestigio ganado a pulso, gracias al esfuerzo de una familia que ama lo que hace: vestir al arte.
“Todo se hace con cariño, se hace por ese gran placer que es hacer las cosas bien y no renunciar a nada de lo que nos piden: cada propuesta es un reto para nosotros y lo ejecutamos bien”, indica a Escala Barcelona Jacobo Menkes, hijo del fundador de la marca, que continúa la tradición, preservando la herencia familiar. “No es solo ofrecer una calidad impecable en cada pieza, sino adaptarla a las características físicas de cada artista y a las condiciones que exige cada escenario”, aclara Menkes.
Siete décadas de historia
La historia de esta casa dedicada a la confección de vestuario, zapatería y complementos para el mundo del espectáculo tiene más de 70 años. Todo empieza cuando Marcos Menkes llega a Madrid con 12 años tras salir de Tánger (Marruecos), durante la segunda guerra mundial. El sueño familiar era llegar a Estados Unidos o al menos a Francia, aunque finalmente acabaron instalándose en el Madrid de los años 40. Además de estudiar en el Liceo Francés, Marcos, padre de Jacobo Menkes, se inició en el oficio de modisto como aprendiz de Marbel, diseñador de alta costura nacido en Tarragona que vistió a la alta sociedad catalana, madrileña y hasta cubana en los años 40 y 50. Su éxito fue tal que las productoras cinematográficas contaban con sus diseños y trabajos para las grandes superproducciones que se rodaban en España. Ahí fue cuando Menkes padre, culto y curioso, entró en contacto con un mundo que le atrajo: el espectáculo.
A mediados de los 90 apareció en la tienda de Barcelona Miguel Ferere, director de espectáculos de uno de los buques de Costa Cruceros, cuando la naviera aún era de la familia italiana del mismo apellido. El visitante tenía las ideas claras y conocía la marca por su renombre en el sector del espectáculo y pidió a Jacobo Menkes si desde su casa podría diseñar algunos vestidos que tenía en mente para algunos shows a bordo.
Ya independiente, con tan solo 21 años, Marcos montó su primer negocio. Este estaba especializado en el diseño y confección de trajes regionales. “Mi padre era un visionario, enamorado de las celebraciones populares, el teatro, la danza, el circo y el music-hall y creó una empresa cuyos valores fundacionales continúan vigentes: tradición, profesionalidad, artesanía, exigencia, calidad y escucha atenta del cliente para responder mejor a sus necesidades”, indica Jacobo Menkes.
Lo que empezó con una pequeña tienda y un taller, se fue expandiendo: Madrid, Barcelona, Bilbao, Valencia, Zaragoza, Santander, Alicante y Murcia… para luego abrir con gran ilusión y proyectos de peso las sedes de Paris y Nueva York. Con todas esas tiendas y centros de creación, la marca se fue labrando un enorme prestigio nacional e internacional. Atrajo a grandes artistas del teatro, la danza y su libro de firmas de clientes celebres es un auténtico paseo por el tiempo y las estrellas. Unos son históricos y otros siguen siendo clientes desde hace décadas. Pocas cosas ilusionan más al personal de la casa que saber que su trabajo es apreciado en escenarios como los de los teatros de Broadway o de Paris, donde han sido responsables de vestuario de grandes producciones musicales y teatrales como Balas sobre Broadway, Wicked o Mugler Follies, el espectacular y sofisticado cabaret del diseñador Thierry Mugler.
Llegan los cruceros
… y un día sucedió lo que tenía que pasar. A mediados de los 90 apareció en la tienda de Barcelona Miguel Ferere, director de espectáculos de uno de los buques de Costa Cruceros, cuando la naviera aún era de la familia italiana del mismo apellido. El visitante tenía las ideas claras y conocía la marca por su renombre en el sector del espectáculo y pidió a Jacobo Menkes si desde su casa podría diseñar algunos vestidos que tenía en mente para algunos shows a bordo. Dicho y hecho. Ese fue el primer encargo de los muchos que siguieron llegando desde el mar. “Empezamos con un barco de Costa. Luego tuvimos una reunión en Génova para analizar nuestra capacidad. Llegamos a ser capaces de poder vestir a los espectáculos de seis buques ¡y luego fueron trece!”, indica un Menkes emocionado cuando habla de su trabajo y de los logros de su marca.
Jacobo Menkes afirma que ofrecer la mayor calidad de todo lo que se hace en la casa es innegociable. También indica que no renunciar a los proyectos, viajar allá donde esté el posible negocio y tener a los clientes atendidos como merecen es la clave de su éxito. De ahí que tengan también una oficina comercial en Miami, la ciudad de los cruceros
Tras Costa llegó MSC Cruceros, empresa con la que la marca sigue trabajando hoy y de la que alaba la claridad de ideas que tiene con lo que quiere hacer a bordo. “MSC es una naviera familiar. Por grande que sea, y cada vez lo es más, es muy cómodo trabajar con gente que sabe lo que hace, decide rápido y tiene las ideas claras”, aclara. Con esta naviera de origen italiano y sede en Suiza, Menkes trabaja constantemente y tiene equipos que viajan y se instalan semanas con sus equipos en los barcos para trabajar codo a codo con los artistas y compañías embarcadas, algo que pocas empresas del sector pueden permitirse.
De Barcelona al mundo
El grueso del trabajo para los barcos se diseña y ejecuta desde los dos talleres que Menkes tiene en Barcelona, además de la gran tienda de Gran Via, donde no es extraño ver a bailarinas, conocidas y anónimas, comprando material para sus ensayos y actuaciones. También son visitantes asiduos de la tienda los directores, coreógrafos y diseñadores de espectáculos embarcados o creados exprofeso para barcos, no solo de las compañías ya mencionadas, sino también de Norwegian Cruise Line, Carnival o Royal Caribbean, que junto a la hoy desaparecida Crystal se convirtieron en clientes fieles y pusieron a prueba las capacidades de la marca.
Jacobo Menkes afirma que ofrecer la mayor calidad de todo lo que se hace en la casa es innegociable. También indica que no renunciar a los proyectos, viajar allá donde esté el posible negocio y tener a los clientes atendidos como merecen es la clave de su éxito. De ahí que tengan también una oficina comercial en Miami, la ciudad de los cruceros, donde no solo estos amarran, sino que es también la sede central de un buen número de corporaciones marítimas y compañías. Para atenderlas, además de poder viajar y tener flexibilidad para ello, nada mejor que estar cerca, aunque la elaboración de todos los vestidos, trajes, uniformes y hasta decoraciones de algunos espectáculos o salones de los barcos se idea, diseña y elabora en Barcelona, la ciudad que viste los espectáculos de los cruceros gracias al potente equipo de profesionales, que tiene a Jacobo Menkes y a su esposa, Begoña Campelo, como sus capitanes.