YA VIENEN LOS REYES MAGOS
“YA VIENEN LOS REYES MAGOS”
ese estribillo (los reyes magos) pegadizo, un calambrazo de emoción que ha pasado de generación en generación, desde tiempos allá, hasta el presente.
Porque pasan los años, caen las primaveras, pero la emoción es la misma, idéntica, perdurable, una llama que no conoce el fin, dentro de nuestros corazones.
La llegada puntual de los Reyes Magos es un ritual que a este lado de los Pirineos sigue erizando el bello, cada mañana de seis de enero, cuando sabemos que las criaturas que un día también fuimos asaltan el comedor en busca de sus regalos.
Una emoción que tiene un preámbulo, el día de antes, con miles de personas apostadas en aceras y bordes esperando la comitiva real.
EL CORTEJO QUE LLEVA A LOS REYES MAGOS HASTA LAS PUERTAS MISMAS DEL AYUNTAMIENTO
Donde la autoridad competente les hace entrega de una llave mágica, grande, visible y luminosa, que dicen abre todas las puertas de la ciudad, pero que en verdad asalta millones de corazones invadidos por la ilusión.
Y así en Menkes se produce anualmente la visita puntual de sus Majestades Melchor, Gaspar y Baltasar interesándose por los niños, cómo se portan, qué quieren, qué sueñan.
Y no sólo eso, en el taller artesanal de Menkes, los Reyes Magos encuentran todo el ropaje necesario para su cortejo.
Una procesión que les guía la estrella de Belén en la que sus Majestades caminan en carroza, con una procesión marcando su camino.
Si Melchor es sapiencia y brillo, con su larga barba blanca y luminosa corona, Gaspar es aroma a incienso, el tesoro que le lleva al niño Jesús, y Baltasar, el rey negro que desde que tenemos uso de razón, es quien porta un pequeño cofre repleto de oro para adorar al recién nacido.
Acompañados por los pajes reales, en algunos pueblos la caravana se completa con un preludio del carnaval, tematizando la comitiva que sigue a sus majestades.
Con un fondo de armario infinito, en Menkes proveemos de cualquier solución a todos los diseños, temas o hilo conductor que se quiera recrear.
Pero cabe no olvidar una cosa, que Melchor, Gaspar y Baltasar pueden traer en el zurrón algunos de esos disfraces que en unas semanas llenarán de color y música las calles.
En nuestro taller artesanal, cualquier sueño puede tomar forma, y es posible ser princesa, capitán o explorador por unos días.
Cuando la puerta del taller se abre, la magia fluye y los sueños son reales.